jueves, 27 de noviembre de 2008

Acción de Gracias

En Estados Unidos hoy celebran el Día de Acción de Gracias, una fecha muy importante para ellos, pues es la fecha en que las familias se reúnan y convivan. Para nosotros los mexicanos, una reunión de familia no es algo del otro mundo, las hacemos cada oportunidad que tenemos, ya sea alguna fecha especial, cumpleaños, aniversario o incluso algunos cada fin de semana. Pero allá eso es más raro pues las familias se empiezan a separar cuando los hijos se van a estudiar la universidad y son pocos los que vuelven a su casa una vez que se fueron. Solamente llamando o visitando unas cuantas veces al año. Nosotros no, la buena mayoría continuamos viviendo con nuestros padres o por lo menos seguimos llamándole "casa" a su casa. Si estudiamos o trabajamos fuera por un tiempo, lo más probable es que volvamos en algún momento. Ellos no. Por es aprovechan este fin de semana largo, desde la tarde del miércoles hasta el domingo, para disfrutar de la comida de mamá y tomarse unas cervezas mientras vemos el fútbol (americano) con papá y hermanos.

En cierta forma podremos envidiar esta fiesta, pero solo con pensarlo un poco, nos damos cuenta que es mejor no necesitarla. Para eso tenemos todo el año y cualquier tipo de excusa. Para los que estamos casados solamente es cuestión de planear donde pasaremos cada una de las fechas: con los papás o con los suegros. Aunque a veces no resulta tan sencillo.

Para los que no sepan por qué se celebra este día [Wikipedia]:

La fiesta está íntimamente relacionada con los primeros eventos de la colonización inglesa en el Nuevo Mundo. En 1620 un grupo de colonizadores cristianos, que posteriormente serían conocidos como peregrinos, viajó a América a bordo del barco Mayflower. Desembarcaron en el mes de noviembre, a fines del otoño septentrional, en la costa de Massachusetts (en la costa este de Estados Unidos) cumpliendo sus propósitos al establecer la Colonia de Plymouth. El riguroso invierno en esas latitudes les tomó por sorpresa, sin tener tiempo para prepararse para duras condiciones de privación y frío. Del centenar de peregrinos no sobrevivieron la mitad de ellos. Los que lo lograron, debieron su suerte a la ayuda y alimentos que los nativos de la zona, los indios Wampanoag, les proporcionaron.

En el otoño de 1621, ya establecidos y con la primera cosecha recolectada, los supervivientes decidieron compartir sus frutos con los indios que les ayudaron cuando ellos no tenían recursos. El gobernador de la colonia proclamó "un día de dar gracias al Señor para que podamos de una manera más especial regocijarnos después de haber recogido el fruto de nuestro trabajo".

Esa pacífica convivencia con los nativos duraría pocos años, ya que la masiva afluencia de colonos europeos y la ocupación creciente de los territorios de los indígenas les llevaría a enfrentamientos continuos. El resultado de tales enfrentamientos fue la casi total exterminación de los indios Wampanoag. Tras la llamada guerra del Rey Philip en 1675, tan sólo sobrevivirían 400.

Aunque la tradición data de 1621 y se ha celebrado de una manera u otra desde entonces, la celebración como día de fiesta oficial es más reciente. En 1789, el primer presidente de los Estados Unidos, George Washington, proclamó la fecha como día nacional de Acción de Gracias. En 1863, Abraham Lincoln declaró que la celebración se realizara como fiesta nacional de los Estados Unidos. Sin embargo, no fue hasta 1941 que el Congreso Federal estableciera la fecha como fiesta oficial.

Tristemente pocos saben acerca de la historia de esta fecha y muchos menos saben acerca de lo corto del agradecimiento ni la brutal forma en que los Wampanoag fueron aniquilados. Esto pone a pensar acerca de que es lo que se agradece y por que se hace. Agradecer a dios o al destino es una ofensa para aquellos que realmente deben ser agradecidos. En este caso, a los que se les debería estar eternamente agradecidos fueron masacrados por las mismas personas que deberían agradecerles. Como siempre Phil Plait y P.Z. Myers dan en el clavo acerca del trasfondo de esta acción de gracias.
Plait:
Agradezco a mi familia por su apoyo, a mis amigos que durante toda mi vida le dieron forma ésta. Estoy feliz por las oportunidades que se me presentan, pero estoy agradecido con la gente. El mundo es lo que hacemos de él. Es la gente la que hace la diferencia. Soy quien soy hoy - todos somos quienes somos hoy - porque la gente, buena y mala, nos influencian, para bien y para mal. Y es lo que hacemos con esa experiencia. Los eventos pasan, pero depende de nosotros el hacer con ellos lo que podamos. Se feliz por eso, se agradecido.

El mundo es como lo hacemos. Hazlo uno bueno.

Myers:
Estamos celebrando la supervivencia en la fundación de nuestro país. Estuvo bien que se llevaran con los Indios mientras estuvieran hambrientos, pero no se preocupen -no paso mucho antes de que la colonia fuera establecida, para después continuar con sus hábitos de genocidio, guerra, quema de brujas, rebelión, imperialismo, guerra civil, destrucción del hábitat y explotación. O sea historia normal.

Tradicionalmente celebramos este día con indolencia y glotonería. Aún mejor, ya que la fiesta es siempre en jueves para darnos un fin de semana de 4 días, el viernes posterior ha evolucionado en algo llamado Viernes Negro, en el cual las tiendas ofrecen ofertas para llamar la atención de multitudes hacia los centros comerciales para el más grande día de compras del año, así que lo celebramos con desnuda codicia y comercialismo. Como dije, una fiesta muy Americana.

Celebren y agradezcan. Pero como se debe.

martes, 25 de noviembre de 2008

¿Tienes el valor o te vale?

Mientras circulaba por Navojoa, no logré ver un alto por una combinación de razones: El señalamiento estaba escondido tras un camión estacionado y no se podía ver hasta que llegaba prácticamente a la esquina, iba algo distraído y la calle estaba llena de anuncios que llamaban más la atención que el señalamiento (creo que ese tema necesita su propio artículo). Entonces da la casualidad de que había un policía de transito a pie justo en esa esquina y me hace la señal de que me detenga. En ese momento entendí que me había pasado la señal y me detuve unos metros adelante.

El policía estaba por empezar a explicar el porque me detuvo cuando yo dije que sabía que hice mal y diciéndole que lo vi demasiado tarde. Muy amablemente me pide que le muestre mi licencia y la tarjeta de circulación del vehículo para después preguntarme de donde vengo y para donde voy. Como yo aceptaba mi culpa él estaba listo para hacer la multa, pero al decirle que soy de fuera de la ciudad él comenzó a dudar y me explicó que como el vehículo no es de Navojoa tengo que ir directamente a la estación a pagarla de inmediato. Recordando una anécdota de un buen amigo, inmediatamente intuí hacia donde se dirigía la plática y estuve de acuerdo en ir a pagarla.

El oficial, como buena persona que era, me ofreció una alternativa menos batallosa: "Ayudarme". Me dijo que me daba "chancita" de que no tuviera que ir hasta allá a pagarla, pero yo insistí, aceptando mi error y sabiendo que me costaría mucho más, que con gusto lo hacía, ya que después de todo eso era lo correcto. Él también insistió en "ayudarme" y que solo necesitaba "pa'la soda". De nuevo le respondí que prefería ir a pagar a donde corresponde. Con esto él se rindió y me dijo que me fuera. Sin cobro alguno.

¿Qué tal? ¿Ustedes qué hubieran hecho?

"No des ni pa'l taco ni pa'l chesko"

La Cuatro Carriles

Al viajar hacia el sur por la carretera internacional #15 (la Cuatro Carriles), me sorprendió el buen estado que ésta se encontraba. Por lo menos en el tramo desde Hermosillo hasta Navojoa (de norte a sur). Solamente unos kilómetros en reparación donde el carril izquierdo era para los que viajaban de sur a norte y un par de secciones donde si estaba algo parchada. El resto del viaje mostró una carretera prácticamente nueva y bien pintada. Eso sí, ya necesita una renovación de señales, la mayoría tienen bastantes años, están obsoletos, confusos y/o indistinguibles.

Sin embargo, hubo una parte que sí merece reproche, y uno muy fuerte. Hace años que no viajaba para acá y olvidé las famosas casetas de cobro. ¿Cómo es posible que tengan 3 diferentes casetas en menos de 200 kms?! La primera para evitar Guaymas y Empalme. La segunda en Vicam o Potam (cerca de Obregón), pero que no es libración de nada pues pasas por todas la ciudades y pueblos. La tercera llegando a Navojoa y tampoco te libra de nada. Pero el número de casetas no es la "cantidad" más increíble. Lo más increíble es el costo de cada una de ellas: $23, $58 y $57 respectivamente!

Una persona que viaje Hermosillo-Navojoa-Hermosillo tiene que gastar $276 solo en casetas! Bueno por lo menos ahora el asfalto está en buen estado. A ver cuanto dura.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Un Manifiesto Ateo Parte IV

Si no lo han hecho, lean la primera, segunda y tercera parte de este artículo.

Manifiesto: (sustantivo masculino) una declaración pública de intenciones.

An Atheist Manifesto por Sam Harris (2005)
Traducción Juan Valenzuela

La Religión como Fuente de Violencia
Uno de los grandes retos de la civilización en el siglo 21 es que los seres humanos aprendan a hablar acerca de sus más profundas preocupaciones personales -- acerca de ética, experiencia espiritual y lo inevitable del sufrimiento humano -- de formas que no sean flagrantemente irracionales. Nada se interpone en este camino más que el respeto que le concedemos a la fe religiosa. Doctrinas religiosas incompatibles han divido nuestro mundo en comunidades morales separadas -- Cristianos, Musulmanes, Judíos, Hindúes, etc. -- y estas divisiones se han convertido en una continua fuente de conflicto humano. Así, la religión es igual fuente viva de violencia hoy que como lo ha sido en cualquier momento del pasado. Los conflictos recientes en Palestina (Judíos contra Musulmanes), los Balcanes (Serbios Ortodoxos contra Croatas Católicos; Serbios Ortodoxos contra Musulmanes Bosnios y Albaneses), Norte de Irlanda (Protestantes contra Católicos), Kashimira (Musulmanes contra Hindúes), Sudán (Musulmanes contra Cristianos y animistas), Nigeria (Musulmanes contra Cristianos), Etiopía y Eritrea (Musulmanes contra Cristianos), Sri Lanka (Budistas Cingaleses contra Hindúes Tamil), Indonesia (Musulmanes contra Cristianos Timoreses), Irán e Irak (Chíitas contra Musulmanes Sunni), y el Cáucaso (Rusos Ortodoxos contra Musulmanes Chechenios; Musulmanes Azerbaijanís contra Católicos y Armenios Ortodoxos) son tan solo unos casos en cuestión. En estos lugares, la religión ha sido la causa explícita de literalmente millones de muertes en los últimos 10 años.

En un mundo desgarrado por la ignorancia, solo el ateo se rehúsa a negar lo obvio: La fe religiosa promueve la violencia humana de una forma impresionante. La religión inspira violencia en al menos dos sentidos: (1) La gente seguido mata a otros seres humanos porque ellos creen que el creador del universo quiere que lo hagan (el inevitable corolario psicopático sería que el acto les aseguraría una eternidad de felicidad después de la muerte). Ejemplos de este tipo de comportamiento son prácticamente innumerables, con los hombres bomba del Jihad siendo los más prominentes. (2) Un mayor número de personas tienden hacia conflictos religiosos simplemente porque su religión constituye el núcleo de sus identidades morales. Una de las patologías perdurables de la cultura humana es la tendencia a criar a que los niños teman y demonizen otros seres humanos basándose en la religión. Muchos conflictos religiosos que parecen ser impulsados por problemas terrestres, en realidad son de un origen religioso. (Pregunten a los Irlandeses).

A pesar de estos hechos, los religiosos moderados tienden a imaginar que el conflicto humano siempre se puede reducir a la falta de educación, la pobreza o quejas políticas. Esta es una de tantas falsas ilusiones de los devotos liberales. Para disiparlas, solo necesitamos reflexionar sobre el hecho de que los secuestradores del 11 de Septiembre tenían educación universitaria, eran clase media y no contaban con un historial de opresión política perceptible. Sin embargo, pasaron una buena parte de su tiempo en la mezquita local hablando de la depravación de los infieles y acerca de los placeres que le esperan a los mártires en el Paraíso. ¿Cuántos más arquitectos e ingenieros mecánicos deben golpear la pared a 400 millas por hora antes de que admitamos a nosotros mismos que la violencia del Jihad no es cuestión de educación, pobreza o política? La verdad, increíblemente es esta: Una persona puede estar tan bien educada como para construir una bomba nuclear mientras que al mismo tiempo todavía puede creer que obtendrá 72 vírgenes en el Paraíso. Tanta es la facilidad con la cual la mente humana puede estar particionada por la fe y tal es el grado en el que nuestro discurso intelectual todavía da lugar pacientemente a las falsas ilusiones religiosas. Solo el ateo ha observado lo que ahora debería ser obvio para todo ser humano pensante: Si queremos desterrar las causas de la violencia religiosa, debemos desterrar las falsas certezas de la religión.

¿Por qué la religión es una fuente tan potente de violencia humana?
  • Nuestras religiones son intrínsecamente incompatibles una con la otra. O Jesús se levantó de entre los muertos y volverá a la Tierra como un súper héroe o no; O el Corán es la infalible palabra de dios o no lo es. Cada religión hace afirmaciones explícitas acerca de como es el mundo y la mera abundancia de estas afirmaciones crea una base duradera para conflicto.
  • No hay otro tema de discusión en el cual los seres humanos expresen tanto sus diferencias los unos con los otros, o lancen estas diferencias en términos de recompensas y castigos eternos. La religión es el único esfuerzo en el cual el pensamiento de nosotros-ellos alcanza un significado trascendente. Si una persona realmente cree que llamar a dios por el nombre correcto puede hacer la diferencia entre la felicidad eterna y el castigo eterno, entonces es bastante razonable el tratar muy mal a los herejes y no creyentes. Incluso podría ser razonable matarlos. Si una persona cree que existe algo que otra persona puede decirle a sus hijos que pueda poner sus almas en riesgo para toda la eternidad, entonces el hereje de al lado es de hecho mucho más peligroso que un pedófilo. Lo que está en juego con nuestras diferencias religiosas es incomparablemente mayor que lo que está en juego por mero tribalismo, racismo o política.
  • La fe religiosa es un freno a la conversación. La religión es la única área de nuestro discurso en el cual la gente está sistemáticamente protegida de la demanda de dar evidencia en defensa de sus enérgicas creencias. Y sin embargo, estas creencias seguido determinan su razón de vivir, su razón de morir y -- demasiado seguido -- su razón de matar. Este es un problema porque cuando lo que está en riesgo es muy importante, los seres humanos tienen una decisión simple entre conversación y violencia. Solo una voluntad fundamental de ser razonable -- de revisar nuestras creencias acerca del mundo basados en nueva evidencia y nuevos argumentos -- puede garantizar que seguiremos hablando los unos con los otros. Certezas sin evidencia es necesariamente divisivo y deshumanizante. Mientras que no hay garantías de que la gente racional siempre estarán de acuerdo, es seguro que los irracionales siempre serán divididos por sus dogmas.
Parece profundamente inprobable que sanemos nuestras divisiones en nuestro mundo simplemente multiplicando nuestras oportunidades de diálogo entre fes. El final de nuestra civilización no puede ser la tolerancia mutua de irracionalidades patentes. Mientras que todos los lados del discurso religioso liberal han acordado tratar con cuidado aquellos temas en los cuales sus puntos de vista chocan, estos mismos temas se mantienen como fuentes de conflicto perpetuo para sus coreligionarios. Por lo tanto, lo políticamente correcto no ofrece una base duradera para la cooperación humana. Si la guerra religiosa alguna vez se vuelve impensable, de la forma en que la esclavitud y el canibalismo parecen verse, será por el hecho de que nos hayamos deshecho del dogma de la fe.

Cuando tenemos razones para los que creemos, no necesitamos fe; cuando no tenemos razones, o tenemos malas razones, hemos perdido nuestra conexión con el mundo y los unos con los otros. El ateísmo no más que un compromiso al más básico estándar de honestidad intelectual: Nuestras convicciones deberían ser proporcionales a nuestra evidencia. Pretender estar seguros cuando no lo estamos -- pretender estar seguros acerca de proposiciones para las cuales la evidencia ni siquiera es imaginable -- es una falla tanto intelectual como moral. Solo el ateo ha notado esto. El ateo es simplemente una persona que percibido las mentiras de la religión y se rehúsa a hacerlas suyas.

Fin.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Un Manifiesto Ateo Parte III

Si no lo han hecho, lean la primera y segunda parte de este artículo.

Manifiesto: (sustantivo masculino) una declaración pública de intenciones.

An Atheist Manifesto por Sam Harris (2005)
Traducción Juan Valenzuela

Fe y la Buena Sociedad
La gente de fe regularmente afirman que el ateísmo es responsable de algunos de los más horrorosos crímenes del siglo XX. Aunque es cierto que los regímenes de Hitler, Stalin, Mao y Pol Pot fueron irreligiosos en varias formas, no fueron especialmente racionales. De hecho, sus declaraciones públicas poco más que letanías de falsas ilusiones -- falsas ilusiones acerca de raza, economía, identidad nacional, la marcha de la historia o los peligros morales del intelectualismo. En muchos aspectos, la religión fue directamente culpable incluso aquí. Consideren el Holocausto: El antisemitismo que construyó los crematorios Nazis ladrillo a ladrillo fue una herencia directa de la cristiandad medieval. Por siglos, los alemanes habían visto a los judíos como la peor especie de herejes y atribuían cada malestar social a su contínua presencia entre los fieles. Mientras el odio a los judíos en Alemania se expresaba de una forma predominantemente secular, la demonización religiosa de los judíos de Europa seguía. (El mismo Vaticano perpetuó el libelo de sangre en sus diarios hasta al menos 1914.)

Auschwitz, el gulag y los campos de muerte no son ejemplos de lo que sucede cuando la gente se vuelve muy crítica de creencias injustificadas; al contrario, estos horrores testifican de los peligros de no pensar de una forma suficientemente crítica acerca de ideologías seculares específicas. No es necesario aclarar, un argumento racional en contra de la fe religiosa no es un argumento para una ciega adopción del ateísmo como un dogma. El problema que el ateo expone no es otro que el problema del dogma mismo -- del cual todas las relgiones tienen más que una buena porción. No existe una sociedad en la historia que haya sufrido porque su gente sea haya hecho demasiado razonable.

Mientras que la mayoría de los estadounidenses creen que deshacerse de la religión es una meta imposible, buena parte del mundo desarrollado ya lo ha logrado. Cualquier versión de un "gen de dios" que cause que la mayoría de los estadounidenses organicen sus vidas alrededor de obras antiguas de ficción religiosa debe explicar porque tantos habitantes de otras sociedades de primer mundo no cuentan con dicho gen. El nivel de ateísmo en el resto del mundo desarrollado refuta cualquier argumento de que la religión es en alguna forma una necesidad moral. Países como Noruega, Islandia, Australia, Canadá, Suecia, Suiza, Bélgica, Japón, Holanda, Dinamarca y el Reino Unido están entre las sociedades menos religiosas de la Tierra. De acuerdo al Reporte de Desarrollo Humano (2005) de las Naciones Unidas, también son los más sanos, como lo indican los parámetros de esperanza de vida, alfabetización adulta, ingreso per cápita, logros educacionales, igualdad de género, tasas de homicidios y mortalidad infantil. A la inversa, los 50 países que ahora están entre los más bajos en términos de desarrollo humano son inquebrantablemente religiosos. Otros análisis muestran la misma imagen: Los Estados Unidos es único entre las democracias adineradas en su nivel de literalismo religioso y oposición a la teoría evolutiva; también se encuentra ligada de forma única a altas tasas de homicidios, aborto, embarazo juvenil, infección de ETS y mortalidad infantil. La misma comparación es cierta dentro de los mismos Estados Unidos: estados sureños y del medio oeste, caracterizados por los más altos niveles de superstición religiosa y hostilidad hacia la teoría evolutiva, están especialmente plagados de los indicadores anteriores de disfunción social, mientras que los estados comparativamente seculares del Noreste se apegan a normas europeas. Por supuesto, información correlacional de este tipo no resuelven las cuestiones de causalidad -- creer en dios puede llevar a disfunción social; la disfunción social puede albergar la creencia en dios; cada factor puede activar al otro; o ambos pueden provenir de alguna fuente más profunda de daño. Dejando de lado el problema de causa y efecto, estos hechos prueban que el ateísmo es perfectamente compatible con las aspiraciones básicas de una sociedad civil; también prueban, de forma concluyente, que la fe religiosa no asegura la salud de una sociedad.

Países con altos niveles de ateísmo también son los más caritativos en términos de dar ayuda al extranjero al mundo en desarrollo. La dudosa conexión entre literalismo cristiano y valores cristianos es también demostrado como falso por otros índices de caridad. Consideren las proporciones de salarios entre ejecutivos de alto nivel y el empleado promedio: en Gran Bretaña es de 24 a 1; Francia 15 a 1; Suecia 13 a 1; en los Estados Unidos, donde 83 de la población cree que Jesús literalmente se levantó entre los muertos, es de 475 a 1. "Many a camel, it would seem, expects to squeeze easily through the eye of a needle."*

* No supe como traducir esta parte, al parecer es una versión de un dicho explicando que algunos esperan cosas imposibles.

Sigue leyendo: Parte IV

Un Manifiesto Ateo Parte II

Si no lo han hecho, lean la primera parte de este artículo.

Manifiesto: (sustantivo masculino) una declaración pública de intenciones.

An Atheist Manifesto por Sam Harris (2005)
Traducción Juan Valenzuela

La naturaleza de la Creencia
De acuerdo a varias encuestas recientes, el 22% de los estadounidenses están seguros de que Jesús volverá a la Tierra en algún momento dentro de los próximos 50 años. Otro 22% cree que probablemente vuelva. Este es probablemente el mismo 44% que va a la iglesia al menos una vez por semana, que cree que dios literalmente prometió la tierra de Israel a los Judíos y que quieren dejar de enseñar el hecho biológico de la evolución a nuestros hijos. Así como el Presidente Bush está muy consciente, este tipo de creyentes significan el segmento más cohesivo y motivado del electorado estadounidense. En consecuencia, sus puntos de vista y prejuicios ahora influyen casi todas las decisiones de importancia nacional. Los políticos liberales parecen haber aprendido la lección equivocada acerca de estos sucesos y ahora hojean las Escrituras, preguntándose como ganarse a las legiones de hombres y mujeres de nuestro país que votan en su mayoría basados en dogma religioso. Más del 50% de los estadounidenses tienen una imagen "negativa" o "altamente negativa" de la gente que no cree en dios; 70% piensa que es importante que los candidatos presidenciales sean "sumamente religiosos". La irracionalidad está en aumento en los Estados Unidos -- en nuestras escuelas, en nuestras cortes y en cada rama del gobierno federal. Solo el 28% de los estadounidenses creen en la evolución; 68% creen en Satanás. Ignorancia de este grado, concentrada tanto en la cabeza como las entrañas de una pesada superpotencia, es ahora un problema para el mundo entero.

Aunque es lo suficientemente fácil para las personas inteligentes el criticar a los religiosos fundamentalistas, algo llamado "moderación religiosa" aún disfruta de un inmenso prestigio en nuestra sociedad, incluso en la torre de marfil. Esto es irónico, pues los fundamentalistas tienden a hacer un uso más basado en principios que los "moderados". Mientras que los fundamentalistas justifican sus creencias religiosas con evidencia y argumentos extraordinariamente pobres, al menos ellos hacen un intento por justificarse racionalmente. Los moderados por otra parte, generalmente hacen nada más que recitar las buenas consecuencias de la creencia religiosa. En vez de decir que creen en dios debido a que alguna profecía religiosa se ha hecho realidad, los moderados dirán que creen en dios porque esta creencia "les da sentido a sus vidas". Cuando un tsunami mató a cientos de miles de personas el día después de Navidad, los fundamentalistas rápidamente interpretaron este cataclismo como evidencia de la ira de dios. Según esto, dios estaba enviando otro mensaje indirecto a la humanidad acerca de las maldades del aborto, idolatría y homosexualidad. Aunque más obscena, esta interpretación de los eventos es de hecho más razonable, dadas ciertas (ridículas) suposiciones. Los moderados, por otro lado, se niegan a sacar ninguna conclusión acerca de las acciones de dios. Dios sigue siendo un perfecto misterio, una mera fuente de consolación que es compatible con la maldad más desoladora. Al verse con desastres como el tsunami de Asia, la devoción liberal está lista para producir la más empalagosa y pasmosa estúpidez imaginable. Aún así, hombres y mujeres de buena voluntad naturalmente prefieren estas vacuidades en vez de la odiosa moralización y profetización de los verdaderos creyentes. Entre las catástrofes, es realmente una virtud de la teología liberal el enfatizar la piedad sobre la ira. Sin embargo, vale la pena hacer notar que lo mostrado es piedad humana -- no la de dios -- cuando los cuerpos hinchados de los muertos son sacados del mar. En días cuando miles de niños son simultaneamente arrancados de los brazos de sus madres y casualmente ahogados, la teología liberal debe mostrarse por lo que es -- el más puro de los pretextos mortales. Incluso cuando la teología de la ira tiene más mérito. Si dios existe, su voluntad no es misteriosa. La única cosa misteriosa en estos terribles eventos es que tantos hombres y mujeres neurológicamente sanos puedan creer lo increíble y pensar que esto es la cúspide de la sabiduría moral.

Es completamente absurdo que los religiosos moderados sugieran que un ser humano racional pueda creer en dios simplemente porque esta creencia lo hace feliz, le mitiga su miedo a la muerte o le da sentido a su vida. Lo absurdo se vuelve obvio en el momento que intercambiamos la noción de dios por algún otra propuesta consoladora: Por ejemplo, imaginen que un hombre quiere creer que hay un diamante enterrado en algún lugar de su patio y que éste es del tamaño de un refrigerador. Sin duda, se sentiría muy bien creer esto. Ahora imaginen que pasaría si entonces él siguiera el ejemplo de los religiosos moderados y mantuviera esta creencia de una forma pragmática: Cuando se le pregunta por qué cree que hay un diamante en su patio is miles de veces más grande que cualquier otro descubierto hasta entonces, él responde diciendo algo como "Esto le da sentido a mi vida", o "Mi familia y yo disfrutamos escavar para encontrarlo los fines de semana", o "No quisiera vivir en un universo donde no haya un diamante del tamaño de un refrigerador enterrado en mi patio". Claramente estas respuestas son inadecuadas, pero pero son peor que eso, son las respuestas de un loco o un idiota.

Aquí podemos ver porque la apuesta de Pascal, el salto de fe de Kierkegaard y otras por el estilo no servirían. Creer que dios existe es creer que uno tiene alguna relación a su existencia de tal forma que su existencia es en si misma la razón para la creencia. Debe haber alguna conexión casual o la apariencia de una entre el hecho en cuestión y la aceptación de esto de parte de la persona. De esta forma podemos ver que las creencias religiosas, que son en si creencias acerca de como es el mundo, deben ser de cierta forma tan evidentes como cualquier otra. Aún con todos sus pecados contra la razón, los fundamentalistas religiosos entienden esto; los moderados -- casi por definición -- no.

La incompatibilidad de la razón y la fe ha sido una propiedad muy evidente del conocimiento humano y discursos públicos por siglos. Una persona tiene buenas razones para lo que fervientemente cree o no las tiene en absoluto. Gente de todos los credos reconocen naturalmente la primacía de razones y buscan en el razonamiento y evidencia en donde les sea posible. Cuando averiguaciones racionales apoyan la creencia, éstas siempre son defendidas; cuando representan una amenaza, éstas son ridiculizadas; algunas veces en la misma frase. Solo cuando la evidencia a favor de una doctrina religiosa es leve o no existente, o existe evidencia imponente en contra, es cuando sus devotos invocan a la "fe". De otra forma, ellos solo recitan razones para sus creencias (p.e. "El nuevo testamento confirma la profecía del viejo testamento", "Vi la cara de Jesús en una ventana", "Rezamos y el cáncer de nuestra hija entró en remisión"). Estas razones son generalmente inadecuadas pero son mejores que ninguna razón en los absoluto. La fe no es más que el permiso que los religiosos se dan a si mismos para seguir creyendo cuando las razones fallan. En un mundo ha sido despedazado por creencias religiosas mutuamente incompatibles, en una nación que ha incrementalmente creciendo apegándose a nociones de dios de la Edad de Hierro, al final de la historia y a la inmortalidad del alma, esta perezoza partición de nuestro discurso en temas de la razón y temas de la fe es ahora concientemente inaceptable.

Sigue leyendo: Parte III.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Un Manifiesto Ateo Parte I

Manifiesto: (sustantivo masculino) una declaración pública de intenciones.

An Atheist Manifesto por Sam Harris (2005)
Traducción Juan Valenzuela

En algún lugar del mundo un hombre ha secuestrado a una pequeña niña. Pronto él la violará, torturará y matará. Si una atrocidad de este tipo no está sucediendo en este preciso momento, sucederá en unas horas, o a lo mucho días. Tanta es la confianza en las leyes estadísticas que gobiernan las vidas de 6,000 millones de seres humanos. Las mismas estadísticas también sugieren que los padres de la niña creen que en este preciso momento un dios todopoderoso y todoamoroso está cuidándolos a ellos y su familia. ¿Están en lo correcto en qué crean esto? ¿Es bueno qué crean esto?

No.

La totalidad del ateísmo está contenido en esta respuesta. El ateísmo no es una filosofía; no es siquiera una forma de ver el mundo; es simplemente un rechazo a negar lo obvio. Desafortunadamente, vivimos en un mundo en el cual lo obvio es pasado por alto como por cuestión de principios. Lo obvio debe ser observado y re-observado y defendido. Este es un trabajo ingrato. Viene con un aura de petulancia e insensibilidad. Es ante todo, un trabajo que el ateo no quiere.

Vale la pena hacer notar que nadie nunca necesita identificarse a si mismo como un no-astrólogo o un no-alquimista. Por consecuencia, no tenemos palabras para describir a personas que niegan la validez de estas pseudo-disciplinas. Así mismo, el ateísmo es un término que ni debería existir. El ateísmo no es más que el ruido que la gente razonable hace en la presencia del dogma religioso. El ateo es apenas una persona que cree que los 260 millones de estadounidenses (87% de la población) que asegura nunca dudar acerca de la existencia de dios deberían estar obligados a presentar evidencia de su existencia y, por supuesto, de su benevolencia, dado la incansable destrucción de seres humanos inocentes que presenciamos en el mundo diariamente. Solamente el ateo aprecia que tan extraña es nuestra situación: La mayoría de nosotros cree en un dios que es tan dudoso como los dioses del Monte Olimpo; ninguna persona, sin importar sus cualidades, puede buscar un puesto público en los Estados Unidos sin pretender estar seguro que dicho dios existe; y mucho de lo que pasa como políticas públicas en nuestro país se ajusta a los tabús y supersticiones religiosos apropiados para una teocracia medieval. Nuestra situación es de extrema pobreza, indefensible y aterradora. Sería hilarante si no fuera porque las consecuencias son importantísimas.

Vivimos en un mundo donde todas las cosas, buenas y malas, son finalmente destruidas por el cambio. Padres pierden a sus hijos e hijos a sus padres. Esposos y esposas son separados en un instante para no verse jamás. Amigos se despiden con prisa sin saber que será por última vez. Esta vida, cuando es vista con una perspectiva amplia, presenta poco más que un vasto espectáculo de pérdida. Sin embargo, la mayoría de la gente en este mundo imagina que hay una cura para esto. Si vivimos correctamente - no necesariamente éticamente, pero dentro de un marco de ciertas creencias antiguas y comportamientos estereotípicos - tendremos todo lo que queremos después de que muramos. Cuando nuestros cuerpos finalmente nos fallen, solamente nos deshacemos de nuestro lastre corporal y viajamos a una tierra donde somos reunidos con todos los que amamos mientras vivíamos. Por supuesto, gente sobre racional y otra gentuza serán dejados fuera de este lugar feliz y aquellos que suspendieron su incredulidad mientras vivían serán libres para disfrutar para toda la eternidad.

Vivimos en un mundo de sorpresas inimaginables -- desde la energía de fusión que ilumina al Sol hasta las consecuencias genéticas y evolutivas de estas luces bailando por mucho tiempo sobre la Tierra -- y aún así el Paraíso se ajusta a nuestras preocupaciones más superficiales con todos los detalles de un crucero por el Caribe. Esto es asombrosamente extraño. Si uno no tuviera idea, uno pensaría que el hombre, por su miedo a perder todo lo que ama, ha creado el cielo, junto con su dios como portero a su propia imagen.

Consideren la destrucción que el Huracán Katrina llevó a Nueva Orleans. Más de mil personas murieron, decenas de miles perdieron todas sus posesiones terrenales y cerca de un millón de personas fueron reubicadas. Es seguro decir que casi toda persona que vivía en Nueva Orleans al momento que Katrina golpeó creyeron en un dios omnipotente, omnisciente y compasivo. ¿Pero qué estaba haciendo dios mientras el huracán despedazaba su ciudad? Seguramente escuchó las plegarias de esos ancianos y ancianas que huyeron de las crecientes aguas a la seguridad de sus áticos solamente para luego ahogarse lentamente. Éstas eran personas de fe. Éstas eran hombres y mujeres buenos que rezaron durante toda su vida. Solo el ateo tiene el valor para admitir lo obvio: Esta pobre gente murió hablándole a un amigo imaginario.

Por supuesto hubo una amplia advertencia que una tormenta de proporciones bíblicas golpearía Nueva Orleans y la respuesta humana al inminente desastre fue trágicamente inepta. Pero fue inepta solamente debido a la ciencia. Advertencias anticipadas del rumbo de Katrina fueron arrancadas de la muda Naturaleza por cálculos meteorológicos e imágenes de satélite. Dios no aviso a nadie de sus planes. Si los residentes de Nueva Orleans hubieran dependido de la beneficencia del señor, no se habrían enterado que un huracán asesino se les venía encima hasta que sintieran las primeras ráfagas de viento en sus caras. Aún así, una encuesta llevada a cabo por The Washington Post arrojó que 80% de los sobrevivientes de Katrina aseguran que el evento solamente reforzó su fe en dios.

Mientras que el Huracán Katrina devoraba Nueva Orleans, cerca de mil peregrinos Shiite fueron aplastados en un puente en Irak. No puede haber duda que estos peregrinos creían fervientemente en el dios del Corán: Sus vidas estaban organizadas alrededor del indiscutible hecho de su existencia; sus mujeres caminaban tapadas ante él; sus hombres regularmente se mataban unos a otros por interpretaciones conflictivas acerca de su palabra. Sería increíble si un solo sobreviviente de esta tragedia perdiera su fe. Lo más probable es que los sobrevivientes imaginen que fueron salvados por la gracia de dios.

Solo el ateo reconoce el incontenible narcisismo y auto engaño de los salvados. Solo el ateo se da cuenta de que tan moralmente objetable es que un sobreviviente de una catástrofe piense que fueron salvados por un dios amoroso mientras que este mismo dios ahogo infantes en sus cunas. Por negarse a cubrir la realidad de un mundo en sufrimiento con una fantasía de vida eterna, el ateo siente en sus entrañas cuan preciada es la vida--y realmente, cuan desafortunado es que millones de seres humanos sufran las más desgarradoras abreviaciones de su felicidad sin ningún buen motivo en lo absoluto.

Uno se pregunta que tan vasta e injustificada debe ser una catástrofe para sacudir la fe del mundo. El Holocausto no lo hizo. Tampoco el genocidio en Rwanda, incluso con los sacerdotes macheteros entre los perpetradores. Cinco millones de personas murieron de viruela durante el siglo XX, muchos de ellos niños. Los métodos de dios son realmente misteriosos. Parece que cualquier hecho, sin importar cuan desafortunado, puede ser compatible con la fe religiosa. En cuanto a cuestiones de fe, nos hemos lanzado fuera de la órbita de la Tierra.

Por supuesto la gente de fe regularmente se aseguran uno al otro que dios no es responsable por el sufrimiento humano. Pero entonces, ¿cómo podemos entender el alegato de que dios es omnisciente y omnipotente? No hay otra forma y es tiempo de que los seres humanos cuerdos afrontemos este hecho. Claramente, éste el eterno problema de la teodicea y deberíamos considerarlo solucionado. Si dios existe, no puede hacer nada para frenar las calamidades más trágicas o bien, no le importa. Por lo tanto, dios es impotente o malvado. Ahora los lectores devotos ejecutarán la siguiente maniobra: Dios no puede ser juzgado con meros estándares humanos de moralidad. Pero por supuesto, estos estándares humanos de moralidad son precisamente lo que los devotos usan para establecer las bondades de dios en un principio. Además, cualquier dios que pueda preocuparse con algo tan trivial como el matrimonio homosexual, o el nombre por el que es llamado en los rezos, no es tan misterioso como todo lo anterior. Si él existe, el dios de Abraham no es solamente no merecedor de la inmensidad de la creación; él no es merecedor del hombre.

Por supuesto, existe otra posibilidad y es al mismo tiempo la más razonable y la menos odiosa: El dios bíblico es ficticio. Como ha observado Richard Dawkins, todos somos ateos con respecto a Zeus o Thor. Solamente el ateo se ha dado cuenta que el dios bíblico no es diferente. Por consecuencia, solo el ateo es lo suficientemente compasivo para tomar la profundidad del sufrimiento en el mundo con valor nominal. Es terrible que todos muramos y perdamos todo lo que amamos; es doblemente terrible que tantos seres humanos sufran innecesariamente mientras están vivos. El hecho de que mucho de este sufrimiento pueda ser atribuido directamente a la religión -- a odios religiosos, guerras religiosas, falsas ilusiones religiosas y desviaciones religiosas de recursos escasos -- es lo que hace al ateísmo una necesidad moral e intelectual. Sin embargo, es una necesidad que ubica al ateísmo en los margenes de la sociedad. El ateo, por tan solo estar en contacto con la realidad, parece vergonzosamente fuera de contacto con la vida de fantasía de sus vecinos.

Sigue leyendo: Parte II

viernes, 14 de noviembre de 2008

La Crisis según Einstein

Obviamente Albert Einstein no se refiere a la presente crisis económica sino a cualquier tipo de crisis que podamos enfrentar.



LA CRISIS
No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.

Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

ALBERT EINSTEIN

lunes, 10 de noviembre de 2008

Anorexia

Un vídeo (de vídeos) acerca de la anorexia. La escena del espejo es la que creo yo que explica mejor el trastorno de esta enfermedad cada vez más común en la sociedad. Igual la parte de los inalcanzables modelos de belleza con que los medios bombardean la mente de las personas, en este caso, en su mayoría mujeres jóvenes.


lunes, 3 de noviembre de 2008

Elección 2008

Mañana martes 4 de Noviembre será la elección presidencial de los Estados Unidos entre el demócrata Barack Obama y el Republicano John McCain.

Para aquellos no familiarizados con el proceso de elección presidencial de ese país, el ganador no es quien obtenga más votos, sino quien tenga más votos electorales. Estos votos son puntos asignados a cada estado del país y cada candidato necesita obtener el mayor número de votos en un estado para obtener los votos electorales de dicho estado, sin importar la diferencia de votos reales, el ganador del estado gana el total de los votos asignados a éste. Por ejemplo, si Obama gana Florida, él obtiene los 27 votos electorales asignados al estado, sin importar si lo gano por 1 o un millón de votos reales. El número de votos electorales de los estados equivale al número de Representates y Senadores en el Congreso.

Hay varias herramientas en Internet para saber los votos electorales asignados a cada estado, normalmente acompañado por las encuestas más recientes, así como sus tendencias históricas. Con estos mapas ustedes pueden llevar las cuentas quién va ganando y por qué.

Si pudiera votar, yo elegiría a Obama con los ojos cerrados, no porque me convenza o tengo mucha confianza en él, de hecho tengo muchas cosas contra él, pero es que McCain es una opción tan, pero tan mala, que realmente no es difícil decidirse. Sobre todo después de la selección para vicepresidente de McCain: Sarah Palin. Esta selección fue un desesperado intento por ganarse a los votantes que querían que Hillary Clinton le ganara a Obama en las elecciones internas de los demócratas. Aparte de eso, también fue un intento de tomar una persona con quien la multitud se pudiera identificar. Y es que a todos nos gusta apoyar a la gente en relativa desventaja. Nos gusta apoyar a los "pequeños". Por desgracia muchos cometen el error, muy grave, de seguir este gusto en cosas importantes, donde no se deben tomar decisiones con el corazón.

En cuanto a predicciones, todo parece indicar que Obama ganará pues tiene asegurados la mayoría de los estados demócratas, los cuales casi le asegurarían la victoria, pero además, parece llevar buena ventaja en muchos de los estados indecisos e incluso en algunos normalmente republicanos. Salvo algún cambio radical en las últimas horas, tendremos al primer Presidente de apariencia afroamericana en la historia de los Estados Unidos. Algo que hasta ahora solo salía en películas con relatos en algún futuro no muy lejano. Mañana, eso sería una realidad.

Ahora, ni Obama ni McCain son una solución inmediata para los problemas del país (y del mundo), pero esperemos que el ganador sea lo suficientemente apto para devolverle a los Estados Unidos un poco de lo perdido durante los 8 años de pesadilla de George W. Bush donde se perdió el liderazgo en muchos de los campos e industrias. Donde se hicieron muchos enemigos nuevos y recobraron otros más. Donde se tomó un superávit dejado por la administración previa y lo convirtieron en el (creo) peor déficit en la historia, incluso sin contar la presente recesión. Donde la educación cayó y la ciencia sufrió.

Que gane el mejor.