miércoles, 9 de abril de 2008

Introducción

Bienvenidos a Sin pensarla. En este Blog trataré de atacar uno de los problemas más serios de nuestros tiempos: la desinformación. Mucho se ha hablado que con el boom de los sistemas de comunicación, particularmente el Internet, la publicación de información se ha facilitado en gran medida, pero con esto viene el problema de como podemos hacer para distinguir que datos son de fiar y cuales no lo son. Las fuentes de información se han multiplicado exponencialmente, al igual que los puntos de vista y las formas de interpretar los hechos. En muchas formas esto es bueno, pero el problema no solo yace en que en gran parte la información presentada no es correcta, o que sea sutil o exageradamente parcial al punto de vista del comunicador, lo cual ya es de por si malo, sino que esta información es usada para promover la ignorancia con fin de sacar provecho de ella, ya sea monetario, político o ideológico.

En este de boca en boca cibernético la información se propaga a gran velocidad, muchas veces sin importar la veracidad de la noticia, creando desinformación acerca de los diferentes temas. Muchas veces las consecuencias de esta desinformación son inofensivas, pero en muchas otras más, son la base de decisiones muy importantes, las cuales son tomadas creyendo que el conocimiento adquirido es válido. Eso es algo muy grave.

Para atacar este problema, se necesita de algunas herramientas, pero tal vez ninguna más importante que el análisis crítico. Todos nosotros, tenemos la tendencia innata de creer lo que se nos dice, somos crédulos. Pero sobre todo tenemos una tendencia todavía más fuerte a creer lo que va de acuerdo a nuestros intereses o creencias. Esta tendencia es la base para los mitos, leyendas urbanas, conspiraciones y fraudes. Nos dicen lo que queremos escuchar y lo cuestionamos poco o nada porque es algo que de alguna forma nos hace sentir aceptados o entendidos.

Con cada entrada del blog iré explicando diferentes temas o problemas. Espero esto ayude a crear un mundo más crítico y desconfiado (en el buen sentido) y que las personas no solo absorban la información recibida, sino que la procesen y cuestionen e inviten a otros a hacer lo mismo.