Hace un tiempo recibí un correo acerca de como uno va cambiando con la edad. Como las prioridades se van ajustando y que cosas que alguna vez consideraste importante ahora las ves casi hasta con arrepentimiento. Igualmente, cosas que tal vez nunca hayas considerado se han convertido en parte vital de tu personalidad. Igual sucede con las amistades.
Todos hemos tenido amigos inseparables durante las diferentes etapas de nuestras vidas, pero cuando esas etapas terminan nos damos cuenta que algunos de esos amigos eran más por coincidencia que por afinidad. Y otros que tal vez nunca consideramos tan cercanos, terminan siendo los que perduran a pesar de los cambios y de las distancias.
Esto se pone en evidencia cuando te encuentras a estas personas después de un tiempo sin verlos. Si eran amigos por coincidir en tiempo y espacio, lo más probable es que no encuentren de que hablar salvo el protocolo: Hola, ¿cómo estás?, bien ¿y tú qué has hecho? también, sale gusto en verte. O peor aún los saludas con la mirada o de plano evitas hacer contacto visual para no tener que actuar dicho protocolo. Claro, hay veces que las circunstancias del encuentro pueden afectar el saludo, no es la mismo encontrarte a alguien en la calle que verlo durante horas en una fiesta o reunión.
La razón de este artículo no es solo el correo que mencioné sino porque también platiqué con algunos amigos acerca de porque se había dado un distanciamiento entre un grupo de amistades. Yo explicaba como desde hace años sentí que la relación entre algunas personas de ese grupo era en cierta forma más por coincidencia que por afinidad, claro no completamente, pero sí en muchos aspectos y que una vez separados estos detalles salieron a la vista de una forma más evidente o bien, la misma evolución de nuestras personalidades van separándonos en cosas que pensábamos que estábamos de acuerdo. Quisiera aclarar que la mayoría de los distanciamientos no son porque haya sucedido algo malo o haya habido alguna discusión o pelea, sino por el distanciamiento en sí. Ahora, tampoco se niega la amistad o los buenos tiempos que se pasan con ellos, esos quedan marcados para siempre, pero tampoco puede uno seguir aferrándose a una relación que tiene poco de que agarrarse excepto de los recuerdos.
Un saludo a todos los amigos. Pasados y presentes.
Todos hemos tenido amigos inseparables durante las diferentes etapas de nuestras vidas, pero cuando esas etapas terminan nos damos cuenta que algunos de esos amigos eran más por coincidencia que por afinidad. Y otros que tal vez nunca consideramos tan cercanos, terminan siendo los que perduran a pesar de los cambios y de las distancias.
Esto se pone en evidencia cuando te encuentras a estas personas después de un tiempo sin verlos. Si eran amigos por coincidir en tiempo y espacio, lo más probable es que no encuentren de que hablar salvo el protocolo: Hola, ¿cómo estás?, bien ¿y tú qué has hecho? también, sale gusto en verte. O peor aún los saludas con la mirada o de plano evitas hacer contacto visual para no tener que actuar dicho protocolo. Claro, hay veces que las circunstancias del encuentro pueden afectar el saludo, no es la mismo encontrarte a alguien en la calle que verlo durante horas en una fiesta o reunión.
La razón de este artículo no es solo el correo que mencioné sino porque también platiqué con algunos amigos acerca de porque se había dado un distanciamiento entre un grupo de amistades. Yo explicaba como desde hace años sentí que la relación entre algunas personas de ese grupo era en cierta forma más por coincidencia que por afinidad, claro no completamente, pero sí en muchos aspectos y que una vez separados estos detalles salieron a la vista de una forma más evidente o bien, la misma evolución de nuestras personalidades van separándonos en cosas que pensábamos que estábamos de acuerdo. Quisiera aclarar que la mayoría de los distanciamientos no son porque haya sucedido algo malo o haya habido alguna discusión o pelea, sino por el distanciamiento en sí. Ahora, tampoco se niega la amistad o los buenos tiempos que se pasan con ellos, esos quedan marcados para siempre, pero tampoco puede uno seguir aferrándose a una relación que tiene poco de que agarrarse excepto de los recuerdos.
Un saludo a todos los amigos. Pasados y presentes.